10 situaciones en las que es mejor acabar con la relación
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Hay relaciones que están condenadas al fracaso aunque lo intentemos todo para salvarlas. En estas situaciones la mejor opción es finiquitar la relación antes de que el daño se extienda y las consecuencias emocionales sean mucho más graves para ambos miembros de la pareja. Sin embargo, no resulta fácil saber cuándo una relación no tiene futuro, sobre todo si estás inmerso en ella tratando de que funcione y tus sentimientos de amor hacia la otra persona crees que son verdaderos y fuertes.
Para que seas capaz de discernir si tu relación se ha convertido en tóxica y no tiene arreglo, para que entiendas que ya has dado a la otra persona todas las oportunidades humanamente posibles, en Agregame te vamos a contar 10 situaciones en las que lo mejor es acabar con la relación. Quizá veas identificado tu caso en una de estas situaciones.
- El peor escenario: la relación tóxica. Las relaciones tóxicas son aquellas que, en lugar de conducirnos a la dicha y la alegría, nos hacen infelices y muy desdichados. En este tipo de relaciones suele haber una persona dominante y una dominada, una persona que impone sus normas, condiciones y caprichos sobre la otra sin importarle lo que siente o necesita. También son relaciones en las que ambas partes sufren por incomunicación, celos, infidelidades, mentiras... pero se van enredando cada vez más y no son capaces de ponerle fin.
- La pareja no aporta nada positivo. En este segundo escenario la pareja se caracteriza por una actitud negativa, que resta en lugar de sumar, que no parece respetar ni valorar al otro y que, incluso, puede llegar a tener actitudes extremas de celos sin fundamento. Esta clase de personas no suelen mejorar, lo común es que todo vaya a peor si no se corta a tiempo.

- El amor flaquea. También puede pasar que seamos nosotros los que ya no sintamos el amor de antaño por el otro. Hemos dejado de estar enamorados y, aunque es difícil, debemos ser sinceros y entender que estirar la relación sólo puede dañar al otro.
- El sexo desaparece. El sexo es una parte fundamental de una relación de pareja saludable, casi a cualquier edad. En tu pareja debes ver a tu amante, a alguien a quien deseas sexualmente y por quien sientes una poderosa atracción física. El deseo siempre debe existir, así como el cariño. Si todo esto desaparece para siempre, es el momento de decir adiós.
- La comunicación no funciona. Otro factor fundamental para una buena relación de pareja es la comunicación. Si ésta falla, la relación no podrá evolucionar. Si la mala comunicación es una constante a lo largo del tiempo lo normal es que se generen más y más discusiones, malentendidos y reproches.

- La relación no evoluciona. Una relación de pareja pasa por diferentes etapas naturales, empezando por la fase de enamoramiento. Unas personas recorren estas etapas más rápido y otras más lentas pero toda relación debe evolucionar, progresar. El compromiso es imprescindible para seguir adelante: empezar a vivir en la misma casa, comprar una vivienda en común, casarse, tener hijos, etc.
- Te sientes encerrado. Otra situación que ha de conducir a la extinción de una relación es cuando te sientes encerrado, no realizado, en cierto modo encarcelado. Cuando la relación te asfixia y no ves salida, y has tratado de solucionarlo hablando con tu pareja sin llegar a ninguna solución viable. Una relación te ha de hacer sentir pleno y libre, no encerrado y en angustia.
- Te has enamorado de otra persona. Este es otro caso en el que es necesario valor y sinceridad para afrontar la situación. Si te has enamorado de otra persona y estás convencido de que no se trata de algo pasajero y es amor verdadero, tu relación actual debe acabar para no haceros más daño.
- Ves a tu pareja indiferente. Si tu pareja muestra de forma evidente su indiferencia, ya no quiere compartir actividades y confidencias contigo, el sexo es muy esporádico o inexistente y has intentado hablarlo sin éxito, también deberás afrontar la ruptura. Se trata de otra situación sin salida que sólo puede ir a peor.
- No tenéis un proyecto común. Por último, si vuestros objetivos y anhelos en la vida son muy diferentes, pese a que sintáis cariño o amor el uno por el otro, vuestra relación tiene también fecha de caducidad, y bastante cercana. No prolongues la agonía y sé valiente.
Terminar sin malos rollos
Para finalizar este post, unos consejos para finalizar tu relación sin malos rollos. Ten en cuenta que decir adiós no significa de forma obligatoria terminar de mala manera. No tiene que ser una despedida llena de rencor, odio y reproches. Puede ser una despedida civilizada de común acuerdo y entendiendo los dos por qué se acaba. Además, no te sientas culpable si eres tú quien lleva las riendas de la ruptura. La culpabilidad no te será de ninguna ayuda y únicamente te pondrá más difícil rehacer tu vida con otra persona. Si has tomado la decisión correcta no sólo no debes sentirte culpable sino que debes saber que lo que has hecho os beneficiará, a medio y largo plazo, a ambas personas implicadas en la resolución de la relación. Y, por otra parte, sé prudente y finaliza la relación sólo cuando hayas intentado arreglarla sin éxito, sobre todo si todavía hay cariño o amor entre vosotros. Algunas de las 10 situaciones que hemos descrito anteriormente no son irreversibles si hay voluntad de diálogo y de cambio por ambas partes, si no os enrocáis en posturas inamovibles y buscáis con positividad una forma de solucionarlo.