Consejos para huir de la infelicidad en pareja
No hay ninguna pareja que esté libre de caer en la infelicidad. Cualquier relación debe ser alimentada y cuidada de forma constante y el paso del tiempo, la interferencias de terceros y problemas externos pueden derivar en una crisis. Crisis que puede convertirse en permanente e ir acompañada de infelicidad. Para evitar que la infelicidad haga mella en vuestras relaciones de pareja, dedicamos este post de Agregame a proporcionaros algunos consejos para evitar caer en la infelicidad.

Señales de infelicidad
Hay una serie de señales que indican la aparición de la infelicidad en la pareja. Si estas señales son detectadas a tiempo, puede tener remedio. Si se enquistan en el tiempo, puede que ya no tenga solución y la pareja se vea abocada a una relación insatisfactoria e infeliz o a una ruptura:
Irritación constante. Si uno o ambos miembros de la pareja se muestran irritados de forma constante, sin motivos aparentes, es muy mala señal. La irritación suele esconder motivaciones más profundas y problemas subyacentes que es mejor detectar pronto.
Falta de comunicación. Ya no te apetece hablar con tu pareja como antes, contarle cómo te ha ido el día, qué te preocupa o gusta. La comunicación entre ambos es cada vez menos fluida y más espaciada en el tiempo. E incluso contestas con monosílabos. Si esto te pasa o a tu pareja es una señal inequívoca de que las cosas se están poniendo muy feas. Quizá ya no tenéis un proyecto vital en común o la decepción ha aflorado entre ambos.
Falta de sexo e intimidad. Ya no os apetece tener sexo y uno u otro pone muchos inconvenientes para practicarlo. Cada vez tenéis menos sexo en la relación y es menos satisfactorio. O, en el peor de los casos, dormís en habitaciones separadas, lo que ya es una situación bastante definitiva.
Reproches por cualquier cosa. Cada vez tenéis discusiones por motivos más nimios. Son discusiones más numerosas y elevadas de tono. En estas discusiones afloran, además, muchos reproches y "querellas históricas" que no hacen sino deteriorar aún más la relación.

Hábitos que se deben combatir
Así pues, si aparecen algunos de los mencionados preocupantes síntomas hay que ponerse manos a la obra y tomar una actitud activa para combatirlos. Hay una serie de hábitos que los psicólogos y expertos en terapia de pareja consideran muy nocivos y que deben ser combatidos para tener una relación sana:
Actitudes egoístas y egocéntricas. Deterioran mucho la relación y anteponer los caprichos y necesidades personales a los de la pareja es un hábito realmente nocivo. Deteriora al que lo sufre y a la relación en general.
Tratar de cambiar a la pareja. Este hábito es realmente estéril pues es muy difícil cambiar a la otra persona y puede ser contraproducente. La disensión razonada también es necesaria en una relación de pareja y no es necesario tener los mismos puntos de vista en todo.
Rencor y culpabilidad. Son sentimientos muy negativos, se retroalimentan y deterioran en gran medida cualquier relación. En particular, el rencor es un sentimiento muy dañino para el que lo sufre y para quien es objeto del rencor y la culpabilidad puede conducir a falta de autoestima, depresión y desatención absoluta a la relación.

Cómo contribuir a una relación feliz
Una vez que sabemos los hábitos y signos de la infelicidad, es aún más importante conocer cómo podemos contribuir a una relación sana y feliz. Los expertos coinciden en esto: cultivar intereses comunes, ser muy detallista y centrarse en lo positivo resulta fundamental.
Respecto a centrarse en lo positivo, es uno de los factores clave. En cualquier convivencia es normal que aparezcan roces, disensiones y que afloren discusiones de vez en cuando. Es lógico y no hay que darle más importancia, de hecho, hay que quitársela y centrarse en lo positivo en común y en lo que aporta a ambos la relación. Hay que centrarse en las razones para mantenerse juntos en la relación y no en motivos para dejarlo o discutir.
Parejas infelices que siguen juntas
Pese a todo, hay parejas asentadas en la infelicidad que siguen juntas y, desde el exterior, resulta difícil entender por qué. En la mayor parte de los casos influye el hábito o el miedo a estar solos. Puede haber una dependencia emocional que evite cambiar, y esto puede pasar tanto en parejas jóvenes con poco recorrido como en mayores que llevan mucho tiempo juntas. Pero no son razones suficientes. Ante una relación infeliz sin solución lo mejor es cortar por lo sano y empezar de nuevo. Con ello ambos miembros de la pareja tendrán una nueva oportunidad de ser felices y rehacer su vida. Esta segunda, tercera o cuarta oportunidad (o el número que sea) se la merece todo el mundo.